Llegan días cuando despiertas y ya no sabes a donde ir. Y sientes que la duda y la confusión han venido a visitarte. Y sabes que tienes que animarte para continuar; pero las fuerzas te faltan y quisieras cerrar los ojos, olvidarte de todo por un momento y descansar.
*Si hoy sientes un terrible peso en el alma (como a veces suele suceder) y no sabes que hacer ni a donde ir.... Ve a Jesús*
Dile:
Mi pastor Señor eres Tú,
nada me podrá faltar.
Me conduces tras de Tí
por verdes alturas,
hacia fuentes tranquilas, allí
donde reposo yo encontraré,
donde el agua es más pura.
Si entre las tinieblas voy
de un abismo oscuro,
nada malo yo temo porque
Tú me sostienes, contigo hallaré
siempre un camino seguro.
Ante mí la mesa que
Tú me has preparado.
rebosante mi cáliz está
de esa linfa de felicidad
que por mí has derramado.
Siempre me acompañarán
siendo mi alegría
tu Amor, Gracia y Fidelidad.
En tu morada yo habitaré
hasta el final de mis días.
Amen!
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