miércoles, 31 de agosto de 2016

MIRÁNDOTE AL ESPEJO......

Se va mirando en un espejo, dándose cuenta que ya no es la misma, ya no tiene fuerzas para defenderse, que la pasión poco a poco se apagó, que los sueños perdieron color , que el gusto no tiene sazón que la razón perdió motivación.
Y, Como duele ver aquellas marcas que quedaron en su corazón, por alguna situación ; preguntas ; como seguiré? como caminaré? 
Nunca pienses que Dios te a abandonado....
Escucha ... él quiere hablarte
Es cuando sientes en tu corazón que se enciende la pasión,
Que el amor tomo color y que la herida ya sanó.
Porque aunque nadies te acompañó,
Jesús nunca te dejó.
Tú palabra mi sostén .
Por la mañana hazme saber de tu gran amor,
porque en ti he puesto mi confianza.
Señálame el camino que debo seguir,
porque a ti elevo mi alma.
Salmos 143:8 | NVI

TÚ DOLOR LE IMPORTA A DIOS....


Cuando estamos heridos anhelamos que alguien se lleve nuestro dolor, suavice las heridas y nos brinde esperanza. A menudo, esos anhelos no son satisfechos. En nuestro intento por encontrar el amor, nos entregamos a otros una y otra vez, solo para resultar más lastimados en cada ocasión.
Venciendo el Amor Perdido
Hay una respuesta al sufrimiento de perder el amor y a los sueños destrozados. La esperanza viene a través de Cristo, el Hijo de Dios. Él te ofrece sanarte de las heridas que sientes ahora mismo, quiere que camines con Él en los momentos difíciles y reírse contigo cuando todo anda bien.
¿Por qué?
Porque Jesús entiende que vivimos en un mundo dañado. Sabe que estás cargando el dolor de relaciones rotas y de sueños hechos pedazos. Tu dolor le importa a Dios. Él quiere liberarte de la tristeza que gobierna tu vida porque te ama incondicionalmente.
Tu dolor le importa a Dios...
Jesús tiene el poder de cambiar tu realidad porque llevó el dolor y la vergüenza de nuestros pecados en la cruz. Resucitó de la muerte con la promesa de que podemos tener una nueva vida en Él.
El amor de Cristo es perfecto y nunca nos hace daño. Su amor es puro y sanador, nos lava del pecado y del dolor que la vida nos ha causado.
La vida y el amor son regalos que deben compartirse. Comparte tu vida con Cristo y siente su amor en carne propia.